Es raro despertarse así. En medio de la noche, por un sueño que no comprendo, con una chica a la que he visto sólo en las fotografías que me aportaron para el caso. También es cierto es que dormir en el sillón no favorece a un sueño cómodo.
Busco un vaso de agua y me sorprendo de ver a la chica del abrigo de corduroy meditando en la semi oscuridad.
-¿Qué carajos estás haciendo?
Con ese estilo muy suyo, me mira, ladea la cabeza y vuelve a cerrar los ojos sin contestar. Me sirvo el agua, y regreso a mi sillón. "Diez para las tres" -pienso- "debería salir a caminar para despejarme un poco".
Mientras camino, saco del bolsillo de mi abrigo la foto de la chica de Lima y y escudriño esa sonrisa misteriosa, tratando de encontrar una respuesta, algo que me indique hacia dónde debo dirigir mi búsqueda. Yo vuelto un manojo de dudas, enredado por dentro, y ella tan cálida en una imagen tan fría, de pie junto a una excavación, sosteniendo una pala muy graciosa.
"Un momento, ¿esta foto dónde fue tomada?"