Wednesday, November 21, 2012

Islas

Se sienta en la mesa y espera. Pasa un cuarto de hora sin decir una palabra, sin moverse mucho. Su mirada flota sobre un hilo de agua y cae dentro de la alcantarilla.

"Un café. Negro, sin azúcar", pide cuando se percata que la camarera tiene rato mirándolo. Saca el periódico y lee un artículo.

"Yo sabía que George vivió tanto porque tenía esperanza", pensó. Y sacó conclusiones sobre el mundo. Conclusiones de esas que sólo saca cuando está solo, de las que no le cuenta a nadie. O casi a nadie. "La gente odia a la gente que tiene teorías sobre la gente", recordó.

Se tomó el café apresuradamente. Salió a la calle y encendió un cigarro. Una vez en el parque, se sentó en una banca. Hacía frío, mucho frío desde hacía una semana. "Nunca estuvo solo. Solamente en otra isla", concluyó.