Tuesday, July 04, 2006

Del otro lado de la línea (férrea) I

Me encontré en el tercer vagón del tren, mirando por la ventana, pensando en nada y en todo...
Las cinco de la tarde... comienza el atardecer. Desde este asiento parece que el mundo se mueve más lento y hacia atrás. Allá quedan los tangos grises, las noche azules y tus regalos de labios-caricias...
Acá se vienen conmigo las memorias de lo que no tengo y el recuerdode lo que no fui, que parce me reprocha la inutilidad en la cual mi salud ha caido.
La botella de vino en mi mano, envuelta en una bolsa de papel, me invita a sentir el placer etílico de no sentir el temor a lo que no conozco...
Abrí la ventana a pesar del frío de esta tarde-noche, la brisa que entra me acaricia la frente a como vos lo hacías cuando la flor de tu amor no se había marchitado, la flor de un día...
Me perdí en las nubles naranjas-violetas, me perdí en la luz. Y ahora me doy cuenta que me acaba de equivocar, los tangos grises, las penas de bandoneón, no se han quedado allá. Los traigo acá, entre el pecho y la espalda. "Nostalgias, de escuchar su risa loca, y sentir junto a mi boca como un fuego su respiración..."
Otro sorbo a la botella, otra noche de solitaria-tristeza, otro desvelo me espera, ahogando las penas en mi garganta y buscando un beso que me quite tu dulce sabor de piel...
Otra estación.
A mi lado se sienta una anciana, que me mira de reojo y hace mala cara al ver la bolsa con forma de botella. Sonrío con un gesto gentil, como quien trata de ser amable y ella me lo devuelve con una mueca que no entiendo. En este moemento ya no soy capaz de distinguir nada del paisaje, de vez en cuando se asoman las luces de un tímido pueblo que se desvanece casi de inmediato. Tengo un problema, ¿Sabés? ¿Cómo se supone ahora que me pierda en las luces si sólo quedan sombras para observar? Me perderé en las sombras y a eso era a lo que le temía. A volcer a las sombras una vez que ya me había acostumbrado a perderme en los caminos de tu luz...
...
He dormido un poco, luego de terminar la segunda botella de vino. La anciana ya no está a mi lado, creo que ya nadie está a mi lado. Lo que me despertó es el frío increíble que hace por esta zona, es un poco distinto y estraño viajar por un lugar que no conocés, por un lugar distante y frío, antes que quedarse en la cama tibia junto a vos. Y cerré la ventana. Quisiera saber por lo menos en que sitio me encuentro ahora, el tren avanza sin miedo por la ruta que conoce de memoria, mas yo no sé siquiera hacia a donde voy. No tengo ni la menor idea de cual tren es este. ¿Qué clase de personas habrán al final de la línea férrea?
...
Es de día, bueno por lo menos hece siete minutos es un nuevo día aunque todavía no amanezca. Faltan varias horas para que salga el sol. Ya no tengo botellas y espero conseguir unas en la próxiam estación. Me desperté a esta hora porque acaba de soñar algo muy extraño, algo que no me gustó. ¿Recordás el cuadro que tanto te gusta, aquél el azul que pintaste? Lo ví pero no en liezo, era como de yeso. Estaba colgando en el pasillo de siempre y de pronto saltó un troza de la esquina inferior izquierda. Se quebró así, por nada. Por nada. Vos llorabas y yo trtaba de arreglarlo. No sé porqué pero sentía que era mi culpa, pero en realidad yo no había hecho nada. Estabas molesta y... desperté. No entiendo todavía.
La línea del tren se proyecta más allá de lo que puedo ver...
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(continuará, talvez)

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